Más del 60% de la población mayor de 45 años sufre de ojo seco.

¿Qué es ojo seco?

El ojo seco (xeroftalmía o queratoconjuntivitis seca), es la sequedad de la conjuntiva (la membrana que recubre los párpados y cubre la parte blanca del ojo) y la córnea (la capa transparente en la parte frontal del iris y la pupila).

Es una patología ocular ocasionada por una incorrecta producción de lágrimas, lo que provoca una sequedad ocular por deficiencia en la producción de lágrimas. En otras ocasiones, sí se producen la cantidad suficiente de lágrimas y sin embargo el grado de evaporación es tan alto que no es posible que el ojo esté correctamente lubricado. Esto puede ocurrir durante la práctica de algunas actividades, o en algunos ambientes. Otras veces, esta sequedad ocular está provocada por una lagoftalmía noturna, es decir, los ojos quedan parcialmente abiertos durante la noche.

La falta o inexistencia de lágrimas en el ojo supone un problema que afecta principalmente a mujeres y que puede provocar, entre otros, los siguientes síntomas:

  • Ardor, sensación de quemazón y picazón en los ojos.
  • Enrojecimiento.
  • Sensación de arenilla o cuerpo extraño en el ojo.
  • Hipersensibilidad a la luz.
  • Fatiga visual.
  • Inflamación, molestias y dolor.
  • Pesadez en los párpados y visión borrosa.
  • Ojos llorosos.

Los síntomas del ojo seco pueden disminuir con temperaturas más bajas, días lluviosos y en ambientes húmedos. Es poco frecuente la pérdida de visión, incluso en casos de xeroftalmía grave, aunque sí es posible que aumente el espesor de la córnea y/o se desarrollen úlceras, cicatrices o provocar el crecimiento de vasos sanguíneos que pueden perjudicar la vista. El ojo seco puede estar provocado por una gran variedad de factores, lo que hace más complejo su diagnóstico y tratamiento. Por ello recomendamos una visita inmediata a su oftalmólogo si identifica los síntomas anteriormente descritos.

Tratamiento.

El ojo seco está considerada como una enfermedad crónica y actualmente no existe una cura. Sin embargo, existen varios tratamientos que ayudan a curar posibles lesiones ocasionadas por la sequedad ocular y/o paliar síntomas en pacientes.

Una de las formas más comunes de controlar la sequedad ocular es el uso de lágrimas artificiales aplicadas cada pocas horas durante el día. Estas lágrimas artificiales son gotas oftálmicas que ayudan a mantener la humedad del ojo gracias a las sustancias que las componen al simular las lágrimas reales del ojo. Existe además pomadas lubricantes que aplicadas antes de acostarse ayudan a evitar la sequedad ocular durante el día.

Los colirios formulados a base de ciclosporina ayudan a reducir significativamente la inflamación asociada al ojo seco, aunque su eficacia no es igual en todas las personas y tienen que pasar varios meses para notar su efecto. El uso de este tipo de colirios antiinflamatorios debe ser controlado por su oftalmólogo ya que puede tener efectos secundarios para su salud visual, tal como una subida de la presión intraocular.

Las glándulas de Meibomio son unas glándulas sebáceas que se encuentran en los párpados, y su disfunción provoca, entre otros, una mayor evaporización lagrimal. Un tratamiento para el ojo seco es mejorar y estimular la función de estas glándulas lagrimales, aumentando la capa lipídica y reducir al máximo la evaporación de lágrimas. El tratamiento consiste en aplicar cura de calor local sobre los propios párpados y un masaje de los mismos. Por último se realiza una limpieza de los bordes palpebrales, que ayudará a drenar las glándulas del borde del párpado.

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El ojo seco (xeroftalmía o queratoconjuntivitis seca), es la sequedad de la conjuntiva (la membrana que recubre los párpados y cubre la parte blanca del ojo) y la córnea (la capa transparente en la parte frontal del iris y la pupila).

Es una patología ocular ocasionada por una incorrecta producción de lágrimas, lo que provoca una sequedad ocular por deficiencia en la producción de lágrimas. En otras ocasiones, sí se producen la cantidad suficiente de lágrimas y sin embargo el grado de evaporación es tan alto que no es posible que el ojo esté correctamente lubricado. Esto puede ocurrir durante la práctica de algunas actividades, o en algunos ambientes. Otras veces, esta sequedad ocular está provocada por una lagoftalmía noturna, es decir, los ojos quedan parcialmente abiertos durante la noche.

La falta o inexistencia de lágrimas en el ojo supone un problema que afecta principalmente a mujeres y que puede provocar, entre otros, los siguientes síntomas:

  • Ardor, sensación de quemazón y picazón en los ojos.
  • Enrojecimiento.
  • Sensación de arenilla o cuerpo extraño en el ojo.
  • Hipersensibilidad a la luz.
  • Fatiga visual.
  • Inflamación, molestias y dolor.
  • Pesadez en los párpados y visión borrosa.
  • Ojos llorosos.

Los síntomas del ojo seco pueden disminuir con temperaturas más bajas, días lluviosos y en ambientes húmedos. Es poco frecuente la pérdida de visión, incluso en casos de xeroftalmía grave, aunque sí es posible que aumente el espesor de la córnea y/o se desarrollen úlceras, cicatrices o provocar el crecimiento de vasos sanguíneos que pueden perjudicar la vista. El ojo seco puede estar provocado por una gran variedad de factores, lo que hace más complejo su diagnóstico y tratamiento. Por ello recomendamos una visita inmediata a su oftalmólogo si identifica los síntomas anteriormente descritos.

Tratamiento.

El ojo seco está considerada como una enfermedad crónica y actualmente no existe una cura. Sin embargo, existen varios tratamientos que ayudan a curar posibles lesiones ocasionadas por la sequedad ocular y/o paliar síntomas en pacientes.

Una de las formas más comunes de controlar la sequedad ocular es el uso de lágrimas artificiales aplicadas cada pocas horas durante el día. Estas lágrimas artificiales son gotas oftálmicas que ayudan a mantener la humedad del ojo gracias a las sustancias que las componen al simular las lágrimas reales del ojo. Existe además pomadas lubricantes que aplicadas antes de acostarse ayudan a evitar la sequedad ocular durante el día.

Los colirios formulados a base de ciclosporina ayudan a reducir significativamente la inflamación asociada al ojo seco, aunque su eficacia no es igual en todas las personas y tienen que pasar varios meses para notar su efecto. El uso de este tipo de colirios antiinflamatorios debe ser controlado por su oftalmólogo ya que puede tener efectos secundarios para su salud visual, tal como una subida de la presión intraocular.

Las glándulas de Meibomio son unas glándulas sebáceas que se encuentran en los párpados, y su disfunción provoca, entre otros, una mayor evaporización lagrimal. Un tratamiento para el ojo seco es mejorar y estimular la función de estas glándulas lagrimales, aumentando la capa lipídica y reducir al máximo la evaporación de lágrimas. El tratamiento consiste en aplicar cura de calor local sobre los propios párpados y un masaje de los mismos. Por último se realiza una limpieza de los bordes palpebrales, que ayudará a drenar las glándulas del borde del párpado.

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